esa vulnerabilidad que invita
Me gustan mucho las lilis por su bisexualidad, como si ser flor no fuera suficientemente sugerente. Las lilis, antes de abrirse, se muestran en un capullo fálico innegable. Absorben el líquido vital a través de sus venas, se crecen y luego se abren para imitar el sexo femenino. Entonces cambian su hermetismo y son vulnerables. Con esa vulnerabilidad que invita.
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