respiro

Al parecer, siempre escribo cuando estoy en una emoción intensa.

Hoy escribo desde un paso atrás o desde una posición elevada.


O,

simplemente,

hoy siento un respiro.


Tengo fé en que el cuerpo sabe cuándo estamos en el estatus adecuado.


Desde que me decidí regresar al doctorado.

Y desde que acepté que mi camino seguía aquí, del lado del sol naciente, aunque todavía no termine de entender —que en algún punto lo sé— qué es lo que me jala a este país con tanta fuerza.

Cuando me di cuenta de que yo también quería toda esa historia del compañero de vida.

Cuando logré reconciliarme con mi femineidad, con mi sexualidad.

Cuando pude decir con todas sus letras que mi identidad étnica era una mezcla. Que ahora cuando me preguntan cómo es, no me siento amenazada. Me da emoción porque quiero hacerte entenderlo.


No me da pena ser yo. No lo quiero ocultar. No necesito protegerla de la vista pública. No tienen caso el camuflaje o las armas.

Y así.