Palabras de mi amigo el náufrago

Hace tiempo zarpamos mi amigo y yo en un barco que encalló irremediablemente.

De pronto la imposibilidad estaba ahí. La inmovilidad estaba ahí. Quién sabe cuánta caducidad nos carcomía por dentro. Quién sabe qué buscábamos que no estábamos. Estorbábamos el camino.

A veces, para avanzar, hay que bajarse de la nave.

Ahora él escribe palabras del náufrago. Habla de la inmensidad. Creo que siempre habla de la soledad. Habla de la insignificancia. Ante el espacio infinito, siempre vértigo, siempre caída, siempre el despeñadero. Su luminosidad estalla en finitud, es la misma finitud. Amanece cierto hacia el crepúsculo.

Imagino a un futuro navegante
(un algo)

conteniendo esos desconocidos embates.


Pero sé, sin equivocación,

que al final volverá a quedar el polvo.

Comments

Popular Posts