de reproducirse como ameba

Si se trata de buscar un donador, entro al modo activo y trato de mover lo que haya para conseguirlo; pero si se trata de encontrar una pareja, pierdo la actividad, me da incertidumbre y me pongo a voltear santitos de cabeza. Es más fácil y más entretenido buscar un donador, porque toda la ansiedad alrededor del enamoramiento desaparece. Buscar un donador es una tarea, como buscar trabajo: te pones unos pasos y los llevas a cabo. Encontrar pareja, oh my god, es como encontrar un oasis.

Algo dentro de mí se dijo que mi prioridad era la de tener un hijo, que la pareja ya llegaría, pero yo no quería perderme esa vaina del embarazo. Pensé que si el amor no era más que la idealización del deseo reproductivo, y tener una pareja es simplemente un medio para mantener bienes, pues qué más da tener un hijo de la manera que sea.

Ahora me doy cuenta de que hablar de la reproducción por separado es idealista. No es loco, no es irresponsable, no es ilógico. En la teoría funciona muy bien. Pues, qué: agarras un esperma y un óvulo y ya estás. Pero resulta que tener hijos no está determinado por un imperativo biológico. O los humanos sí estamos más allá de la mera biología o nuestra biología es más compleja porque no puedes separar lo emocional. ¿Así es para todos los mamíferos? Sepa.

Yo no pude. Al final, no pude ponerme a hacer hijos sin amor. Me empecé a poner triste. Descubrí que tengo bien conectado el deseo de maternidad con mi pareja de ese momento. Para mí no es quiero tener un hijo en abstracto. Ya en la práctica, a mí me da una cosa como quiero crear vida contigo.

O sea, uno sí quiere reproducirse, pero no quiere reproducirse como las amebas. Y no estoy segura tampoco de si la persona amada se define con una serie de genes atractivos. Habrá alguna selección por un color de piel, una cara simétrica, una altura adecuada. Pero no llegas a una fiesta y preguntas cuál es su historial médico. Al final, no te asustas porque tenga ciclos depresivos. Sí que te atrae su inteligencia, pero no es eso de lo que te enamoras.

A lo mejor estoy demasiado inserta en la creencia del amor. Pero a lo mejor de verdad no es una creencia. A lo mejor de verdad existe. O a lo mejor me queda decir que, aunque sea una creencia, pues soy creyente y tantán.

Si no llego a tener hijos nunca porque ya mis óvulos envejecieron, pues, ni modo.

Congelaré algunos y veremos cuál será su destino.

Adoptaré una chinita.

O un gatito.

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