y todo sereno


En algún punto me doy cuenta de que los comienzos y los términos no son más que un artificio. Aquí nada se termina y nada empieza. Todo sigue. No hay tal cosa como propósitos de año nuevo. Este año no tiene nada de nuevo. Es el mismo que el anterior, y el mismo que el anterior a ese. Pero aún así, nos gusta decir, este año fue así. Este año va a ser así. El horóscopo nos dice que este año será mejor no iniciar cosas nuevas. Qué demonios será una cosa nueva. O nos dice que este año cosecharemos lo que hemos sembrado en años anteriores. Como si no fuera lo mismo año tras año, mes tras mes, día tras día. Aunque, otra vez, eso de cosechar cada vez me queda menos claro. La vida no es una parcela. No es una hortaliza. No le echas fertilizante y entonces tus rábanos crecen más rojos y más crujientes. Las leyes de la vida. Cómo conducirse para ser exitoso. Cómo darse a desear. Cómo leer los astros adecuadamente para encontrar la felicidad. Los secretos del buen vivir. El sentido de las cosas. Bah. Mil veces bah. A veces siento que el hilo negro (el del secreto de la buena vida, claro, el más gordo) existe para llenar la vacuidad. Ante la nada –que hasta donde yo entiendo, debe ser lo que más causa temor–, la eterna búsqueda, el misterio, el sentido secreto que se entiende justo, preciso, antes de morir. La otra salida es la drogadicción, claro. Hacer lo que te gusta. Proponerte metas y llegar a ellas. Todos los días salir a correr. Todos los días desayunar con cafecito. Todos los días leerte un cacho del libro en curso. Terminar el doctorado, el posdoctorado, conseguir una plaza. Todo el tiempo planear el siguiente viaje, que ahora será... para... ¡India! ¡Sí, India! Exactamente. Y seguro será una experiencia que me volverá a abrir los horizontes y mi vida encontrará un nuevo sentido. Este año conquistaré más corazones. No. Mejor aún. Este año conquistaré al amor de los amores. Ese que me va a hacer olvidarme de todos los demás. ¿Te cae? No será que más bien este año voy a seguir trabajando como mula, y me voy a seguir preguntando, ¿me querrá el chico en curso? ¿No será que este año me volveré a enamorar y a despechar? Yo creo que a ratos voy a sentirme inmensamente satisfecha con lo que hago, y a ratos, no. De alguna manera decidiré a qué universidad seguir o si me quedo otros tres años en el país del trabajo. La verdad me urge irme al país del amor, sea donde sea, porque mi cuerpo está resentido, pobrecito. Por el momento, es el tres de enero del dos mil diez. Según el horóscopo chino, el año pasado fue de harta cosecha, mientras que éste me servirá para planear mis siguientes pasos. Así que con calma, muñequita, pichoncita. Todo irá bien.

Por cierto, sobre el sentido y el sinsentido: Whatever works. Un beso a todos.

Comments

Anonymous said…
esto suena muy bien como para esos post q sólo son títulos :D "La vida no es una parcela. No es una hortaliza."

jaja, espero no fastidiarte citándote...pero es q creo q el mejor comentario es citar lo q me gustó, perturbó, o puso a pensar. Supongo q no te interesan tus lectores sino en la medida en q te espejean. Asi q citarete todavia un buen rato :)
gin said…
Jaj..
No me fastidia en lo más mínimo. Incluso es una práctica común en mi caso. Namás que yo tengo la mala costumbre de hacerlo oralmente cuando el otro está hablando, lo cual (ahora que lo pienso) quizás sea fastidioso...
Además, qué digo. Es delicioso que te citen. (Los pobres académicos casi casi que viven de eso XD.)

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