¿quién no quiere que estudiemos filosofía en la UNAM?

Quiero por favor que le vean la cara al tipejo este, quien pregunta con singular ligereza "¿Quién quiere estudiar filosofía en la UNAM?". Empieza escupiéndonos en la cara que los que estudiamos en la Facultad de Filosofía o la de Políticas no tenemos perspectivas profesionales. Asumo que no se refiere a la investigación académica en los pintorescos institutos ubicados cerca del Centro Cultural Universitario, porque, es cierto, fuera de eso, a los que se nos ocurrió estudiar letritas y pensamientos nos las vemos negras ya que salimos del calientito universitario. Nos encontramos con que, en efecto, nadie nos quiere en Unilever, ni Nokia; mucho menos Sony o Cemex. En el primer párrafo, lo digo con un poco de culpa, lo entendí, casi me puse de su lado; eso fue lo que yo pensé cuando me puse a buscar trabajo, un día que decidí no hacer academia fuerte y levantar la nariz para ver qué tal olía del otro lado de Las Islas. Por supuesto, bueno, olía a pura mierda. Me di cuenta de que mi perspectiva laboral (y eso por aquello de los idiomas) era la de estar al servicio como secretaria trilingüe. Y no que no pagaran bien. Pero la cuestión cuando algunos buscamos trabajo (algunos, ya sé que a los buscadores de trabajo estándar les preocupan otras cosas) no es la lana directamente, sino desempeñar nuestra capacidad de análisis y sensibilidad profesional en un ámbito social (en el macro, claro). No somos máquinas de producción. Pero nuestras capacidades van mucho más allá de hacer corrección de estilo.

Es cierto que tenemos una formación especializada, pero no diría que nos adoctrinan, o al menos nuestro adoctrinamiento no está tan lejos de aquel que recibe un médico, un abogado o un administrador. Somos sensibles a ciertas cosas. Nos entrenan en eso. Quiero pensar que advertimos con facilidad un argumento, un estilo, una intención comunicativa, patrones, similitudes y diferencias. Describimos. Vemos los huecos. Pero no es que queramos "romper el mundo", señor Mota. Al contrario, no somos nosotros los que estamos en contra de su edificación.

La verdad no veo esa relación directa en la que tanto insiste entre "prosperar", "tener éxito" y hacer negocios. Quizá parte de la premisa incorrecta. Quizá el problema no está "de este lado". Quizá el problema es pensar precisamente que el cuestionamiento es improductivo. ¿Improductivo para quién? ¿La productividad de quiénes es la que está defendiendo, señor? Entiendo cuando Ernesto Priego se siente cómodo fuera de la patria. Porque el problema no está de este lado, no, señor. No somos nosotros los que nos negamos a insertarnos en el mundo para decir y hacer.

Y otra cosa. Es tonto querer medir nuestra contribución con el mundo en términos de dinero y generación de empleos. Las materias en las que nos volcamos surgen de la naturaleza de percatarse del mundo, primero, y luego de una necesidad humana casi orgánica de preguntarse cómo y por qué. El cómo y por qué de todo. Cada minucia hasta el infinito, cada infinito hasta el protón y el neutrón.

Comments

Unknown said…
PARA AMBOS TRES, por Mauricio Duran

Las paredes son tan gruesas, que una estudiante de filosofía de la UNAM, un directivo/empleado “mexican-curius” de la Coca Cola y un culo ancho homosexual en Montreal podemos coincidir.
Gruesas decía, las paredes que nos separan, asegún la sociedad internacionalista-consumista que justo nos hace revolcarnos en esta necesidad de no ver lo que vemos.
Bueno, pues parece que lo de grueso y lo de ancho también les hemos perdido su relatividad y aquí estamos ambos tres y yo soy el último, coincidiendo en el mismo sujeto: El ser humano tiene la capacidad de prostituir los conceptos Ad Libitum.
Increíblemente, por ejemplo, para el Papa, cual quiera que sea este, educación sexual es: “no pronuncies la palabra condón, lejos de usarlo debes estar para ir al cielo”; y al contrario, para la organización mundial de la salud cuando los dirigentes están correctamente educados; el condón es la única protección hasta ahora efectiva en contra de la pandemia VIH/SIDA.
Así mismo para este güey de la Coca Cola o pariente de la misma empresa (cualquiera que esta sea) cuando habla de “lo profesional y lo exitoso” el concepto de “nutrición” de lo que te llevas a la boca ninguna importancia tiene. Ya que para él, cual prostituta en lo oscurito, las flácidas carnes pueden ser duritas y con la ayuda mediática, las Sabritas y el Bimbo cuando te crujen en la boca o le pones un jamón en medio, puedes sentir que estas invirtiendo en Wall Street. HELLO!! WAKE UP MY DEAR! Were are you coming from?? Es veneno puro, pero poco importa. So, el concepto de comer ha cambiado. Pero los miles de dólares ganados exitosamente por estas empresas, son suficientes para que los desnutridos que los ingieren se masturben sin éxito alguno.
Pero aceptemos que los pueblos están muriendo por desnutrición y por la ignorancia y que el éxito del dos por dos son cuatro en el estudio mercadotécnico es la neta del planeta y que este güey tenga en su lenguaje a la UNAM seguro algo le dice y por tal motivo his ass se le dilata to much. ¿Quienes son los que están destruyendo al mundo?
Continuara…

PD: Me puedes llamar por teléfono, if you want to, parles tu français?

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