escribo porque escribo

Escribo porque es la única forma que conozco para calmar el torbellino.

De paso, es la única forma que conozco de describir el mundo. O la más.

Hace poco vi a quienes hacen el mundo con imágenes, con líneas, con colores. Incluso descargué mis propias imágenes con ellos.
Pero sobre todo tengo esto. Manipulo esto a placer.

Gracias a las letras de la pantalla, del papel,
sé que hay una liga directa entre el corazón y los dedos de mis manos. A veces me parece que el corazón se me oxigena a través de las yemas de los dedos de mis manos. Yo sé que los órganos de mi cuerpo hablan a través de mis manos, de los dedos de mis manos, de las letras de mis manos. Siento cómo mi fluir emocional desemboca tarde o temprano en las yemas, y ellas teclean, de letra en letra, de frase en frase. En circunstancias más análogas, veo las líneas de mis sentires vertirse sobre el papel en turno.

A veces, observo, y el tiempo se detiene en frases.


Escribo porque de alguna manera tengo que aflojar los nudos del estómago.


Hoy escribo para poder dormir.

Comments

Anonymous said…
[y yo lo disfruto :D]

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