de eyaculaciones oculares

Aquí. Madrugando para entreteneros.

O, no. Más bien, ya se me acumularon tantas mamadas de pensamiento, que no puedo ni seguir durmiendo, porque todas dan vueltas en mi cabeza y todas me van despertando... así que, bueno.

¿Nunca se han preguntado por qué carajos llora uno?

Yo me lo he preguntado un millón de veces, y se lo he preguntado a la banda que va pasando otras tantas. Pero la neta sus respuestas me parecen de lo más insuficientes y bobas. Ps porque estás triste, porque te duele algo, cuando estás muy contento...

A mí qué me importa. No me interesa saber por qué lloran unas personas en contraste con otras. Pues sí, de eso me puedo dar cuenta, yo lloro una semana antes de que me baja, pero eso qué importa. Obviamente eso no es lo que estoy preguntando.

Y justo ayer, que llevaba una semana sin poder dormir, haciendo traducción (que, por cierto, QUÉ dolor de cabeza pasar el español al japonés, son mundos redactivos casi opuestos), yendo al resto (qué difícil es cocinar, de verdad; ya que pasas el típico revuelva cosas y échelas al sartén, nada es tan sencillo; me la paso malogrando guisos, que me toca hacer para los internos de cuando en cuando), metiéndome letras chinas por donde puedo (porque ya en menos de un mes tengo el Nihongo Nouryoku Shiken o Examen de aptitudes en japonés, que es el equivalente al TOEFL en inglés)...

en fin, todo eso en medio del trajín de caminantes y edificios y música para abstraerme un poquito, y señor en el vagón que me dice que le baje, porque -escuchen esto- suena demasiado ruido a través de los audífonos, y mirada de pistola, y le bajo, ni modo.

Así que ayer llegué de las clases de traducción, pasé al supermercado (que me sigue pareciendo de las actividades más relajantes) a comprar cualquier cantidad de comida hecha (porque ya llevaba unas ocho horas sin comer, y francamente no tenía ya energía para preparme nada), llegué a la casa, saludé a la abuela (sin pelarla mucho, porque el hambre apremiaba), comí como si me estuvieran persiguiendo, prendí la tele, se fue la abuela, y un rato después, ya satisfecha el hambre, que me pongo a llorar. Recordé, por un momento, que de camino a casa vi la luna llenándose, así que ahí debía estar el origen de mi llanto repentino, es decir, el periodo menstrual que me viene siempre con la luna, combinado con cualquier variedad de cansancio acumulado, sí. Lloré alrededor de tres, cinco minutos, no más, según las instrucciones de llanto en
Historias de Cronopios y de Famas.

Pero, ¿por qué? Vuelvo a la pregunta. Qué nos da por sacar agua salada de los ojos, temblar los labios, contraer la cara, hincharnos... ¿Qué tiene que ver todo eso con el dolor, con la tristeza, con la ira, con el placer extremo, con las emociones intensas?

Acto seguido, estaba relajada, como después de media hora en la caminadora, una hora en la alberca, dos horas de una buena cogida... bueno, en realidad, no tanto; sólo medianamente relajada; pero lo suficiente como para poderme ir a dormir (sorprendentemente, antes de las cuatro de la mañana) y despertar a las cinco de la mañana, con la clara idea, la clara respuesta a mis preguntas sobre el llanto.

El llanto es un mecanismo de defensa. Es una reacción parecida al orgasmo. Te permite descansar después de una sobrecarga. Es un shot de anestésico-calmante natural. Es eso o un paro cardiaco. Y el agua salada, bueno, no sé... cantidad de fluidos corporales que todavía no me logro explicar, como la eyaculación femenina.

Comments

Luis said…
el llanto es puro lenguaje analógico: las palabras no alcanzan, tal vez nunca lo hagan, como para expresar nuestro devenir. lloramos porque con las lágrimas despertamos la palabra que describe, interpreta y construye los mundos sobre los cuales andamos y desde los cuales emergemos (sobre todo cuando alguno de esos mundos nos satura y nos pretende callar). el llanto es vacio y exceso de significado. lloramos para salir de la paradoja. en fin, lloramos porque nos devuelve algo hacer de quienes somos, aunque a veces usemos el llanto con el fin contrario de enmudecer las palabras y desear no ser más.
Anonymous said…
¿Por qué? ¿Por qué mis comentaristas tienen el hábito de expresarse con sobre todo mucho más elegancia que yo? Siempre me da esto de sentirme halagada y culpable a la vez, cada que leo intervenciones como ésta. Gracias, Luis. Un abrazo.
Anonymous said…
Luis dice: jaja, claro q no Gina, no deberías sentir culpa. Tu blog es realmente muy bueno y sumamente antropológico, y la pregunta sobre "por qué lloramos" junto con tu anecdota junto con lo q has escrito en otras veces me hizo escarbar en mi experiencia al respecto. Con esto quiero decir q lo mío no hubiera sido sin la interacción con lo tuyo dejado en este blog. Gracias a ti. Besos
Anonymous said…
jajajajajajaja algo iba a comentar pero ya se me olvidó, leí el comentario de luis y pensé "ay q hueva...le quiere quitar la gracia a gin sin tonic...pero justo salió gin sin tonic al rescate :D jajaja
gin said…
jijos. tú eres de una acidez...
(pero me haces sacar sonrisa de complicidad)

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