veleteando

Ahora me da por sentir culpa cuando tengo una de mis ocurrencias. Me da culpa ir en contra de la estabilidad.

Hace un mes estaba rumiando en mi cabeza. Regreso. No regreso. Sigo con este trabajo. Me voy. Tengo lo que mucha gente no tiene: casa, comida, trabajo. E s t o y   a b u r r i d a.

Y entonces me da culpa estar aburrida. ¿Cómo me atrevo a estar aburrida? Si estoy aburrida, es porque obviamente me hace falta meditar. O un novio. Sí. Me hace falta un novio. Me hace falta estar agradecida con la vida en sí, con el hecho de estar vivo. Y entonces me pongo a agradecer hasta que en serio ya no quiero vivir.

No. That's not how it works.

Y quién sabe si tengo ADD. Cuando era niña, mis papás me llenaban los días de actividades. A veces me pongo a pensar que ese es el origen de mi propensión a la insatisfacción, porque constantemente requiero una nueva motivación o requiero estar en varias cosas al mismo tiempo y me cuesta trabajo hacer lo mismo durante años. Luego prefiero darme cuenta de que mis ganas de hacer cosas eran tantas, que mis papás tuvieron que ponerme cosas en frente que llevar a cabo.

Pero luego en algún momento comencé a temerle a esa naturaleza mía. Cuando empecé a pensar en pensión. Cuando empecé a pensar en pareja estable. Cuando empecé a pensar en hijos. Esas cosas que se supone que uno tiene que tener. Pero ya. Ahorita.

¿Y ahora?

¿Qué chingados?

¿Cómo le hago?

¿Cómo le hago para tener todo eso y ser feliz? Porque no quiero ir en contra de mi felicidad.

¿Y cómo le hago sobre todo porque parece que esos elementos que te hacen feliz no son compatibles con esta vida del vagabundo que tengo? Porque cada que me voy siento que traiciono a alguien. Y también es muy triste renunciar a la pareja, los hijos y el futuro asegurado. Y todos los personajes que vagabundean se los lleva la chingada en las historias, porque no tienen todo eso.

Y yo no quiero que me lleve la chingada.

Pero todas mis ideas son tipo, ya, lo tengo, entonces me salgo de acá, renuncio a mi trabajo quita-almas, me voy a México a ser intérprete en las plantas de automotrices japonesas, hago dinero y regreso de nuevo para hacer mi PhD en la Universidad de Tokio.

Ajá. ¿Suena muy a ya cálmate? ¿Acepta el dinero de tu abuelita y estate quieta?

Pero a mí me da emoción. Y estarme quieta me da la náusea de Sartre.

Aunque obvio si aparece el papá de mis hijos, me quedo. Pero no sé por qué algo me dice que así no funciona.

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