¿arriba o abajo?

Mi jefe y yo tenemos una relación sadomasoquista.

Él no puede estar sin regañarme. Y yo no puedo evitar sentir amor en cada una de sus llamadas de atención. Por más perfecto que trate yo de hacer las cosas, siempre hay algo que se me va, siempre. Y él siempre, siempre, se da cuenta; y siempre, siempre, me regaña. Sobre todo, me causa placer que está al tanto de mí.

No es así con todos. A mí me tiene atención especial. Lo sé. Lo siento.

Los pasos de la cocina son reducidos. Es imposible no cruzarse durante el trabajo, cada que vas a sacar un plato, al regreso, cuando pasas de área en área, por escasez de órdenes, o bien por una excesiva demanda. A veces, sobre todo en las horas más ocupadas, es imposible no tocarse, no rozarse. Y, por otra parte, el trabajo en la cocina es un quehacer eminentemente sensorial. Todo el tiempo hay que estar al tanto de las consistencias, de los colores, de los sabores, de las formas.

Hoy no pude evitar sentir su aroma cuando pasaba por detrás suyo, aunque la verdad es que estaba a punto de empezar la siguiente ensalada, así que no le di mucha importancia. Al rato, empecé la siguiente orden, y mi área dejó de estar impecable. Eso siempre viene seguido de una llamada de atención y un sí, lo siento, de mi parte. Antes me angustiaba. Ahora me provoca una suerte de disfrute, acompañada de una especie de miedo, de no, no hay que hacerlo enojar.

Aun así, me molesto. Y él lo siente, lo sé. Trata de romper el hielo de alguna manera, es obvio, pero yo lo sigo, es mi jefe. A veces soy yo la que reanuda la paz, le pregunto, con voz dulce, algo de los pedidos para mañana, o de cuántas lechugas habrá que cortar, para dejarle ver quién domina. Y ponemos el contador en ceros, otra vez.

Luego me pide favores. Que entre de emergencia al día siguiente o que trabaje toda la jornada, cuando me tocaba media. De pronto soy yo la que está en una situación de poder, y me encanta también ese lado.

A veces me toca negarle los días, pero otras, como hoy, le dije, claro que sí, casi casi, mi amor.

Comments

Chacha said…
Mientras no terminen como en la película "Secretary"...
Jajajaja.
Anonymous said…
hasta acá llegó la tensión sexual :D

[tu jefe no es como el maestro roshi o si?]
gin said…
jajaja.-.-.
para nada. sí tenía su onda...

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