entre redes de alcantarillado

Eventualmente sucede que los pensamientos reciclan mierdan. Así, un día despiertas, y no puedes dejar de pensar en la porquería de tu vida.

Se la comen, mientras convulsionan del asco. Pero la devoran. No se detienen. Se pasan
las pequeñas y las grandes escenas, movimientos, acciones, diálogos, gestos, palabras, textos, hechos, escritos, que dijiste, que volviste a hacer, que no hiciste, que ingnoraste, sin querer, a propósito, porque sí.

Comen mierda. Como banquete romano, se meten los dedos, para seguir la comilona. Se ve cómo devuelven charcos de pestilencia de sus bocas. Les escurre la nariz, les huele a caño.
Luego la lamen del suelo. Se revuelcan en ella, se dejan remojar los cabellos. Gotean caca.

Caminan así, en tu cabeza, en tu estómago. Te escalan las vértebras, se deslizan por la espalda, hacia las manos, a través de las piernas. Escarban por entre las uñas de los dedos.
Creen que van de excursión.

De pronto soy una red de alcantarillado. La basura se sale de las coladeras. Soy un río de desechos.

Ellos navegan. Hacen carreras de natación. A ver quién me recorre de orilla a orilla y así.

Si no fuera la pura pestilencia la que repiten hasta el cansancio, hasta sería divertido.

Comments

Anonymous said…
percibo 2 narradoras, o dos intenciones, la que goza describiendo y la que padece el escrito. ¡Muy bueno!

[entiendo un poco el estado de ánimo...auch :S]

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