la ruta ayuujk
Saco el aliento de no sé qué último respiro que ya no creo recordar, para presentar la caminata que comienza en "San Juan Guichicovi en el Istmo de Tehuantepec (300 metros sobre el nivel del mar), hasta llegar a mi pueblo San Pedro y San Pablo Ayutla (2300 sobre el nivel del mar)".
Hace años que no camino con ella. En el sentido más literal y en el más figurado.
Quizás por la caprichosa naturaleza de mi voluntad, me gusta pensar que en los cambios de dirección o las tomas de otras rutas, realmente no tengo ingerencia. Me gusta pensar que no soy yo la que provoca los baches, ni soy yo la de los rodeos, ni soy yo la de los confrontamientos.
A veces, me parece que la red de caminos y autopistas por la que transitamos es tan intrincada que no hay manera de que nuestra insignificante voluntad llegue a conformarse como la causa primera y última de la ruta que seguimos.
Tal vez parezca cobarde y hasta cierto punto irresponsable. Tal vez, sea pasivo, se sienta inseguro. Pero no veo cómo nuestra voluntad sea tanto un punto de partida, como sí un trecho -uno más- de continuidad.
Así que ignoro una vez más de qué pueblo a qué pueblo me va a tocar recorrer. Sólo espero ciertas instrucciones con ciertas especificaciones, y viajo hacia cierto punto de encuentro que dependerá del ritmo, la fuerza, la aceleración y la armonía.
Hace años que no camino con ella. En el sentido más literal y en el más figurado.
Quizás por la caprichosa naturaleza de mi voluntad, me gusta pensar que en los cambios de dirección o las tomas de otras rutas, realmente no tengo ingerencia. Me gusta pensar que no soy yo la que provoca los baches, ni soy yo la de los rodeos, ni soy yo la de los confrontamientos.
A veces, me parece que la red de caminos y autopistas por la que transitamos es tan intrincada que no hay manera de que nuestra insignificante voluntad llegue a conformarse como la causa primera y última de la ruta que seguimos.
Tal vez parezca cobarde y hasta cierto punto irresponsable. Tal vez, sea pasivo, se sienta inseguro. Pero no veo cómo nuestra voluntad sea tanto un punto de partida, como sí un trecho -uno más- de continuidad.
Así que ignoro una vez más de qué pueblo a qué pueblo me va a tocar recorrer. Sólo espero ciertas instrucciones con ciertas especificaciones, y viajo hacia cierto punto de encuentro que dependerá del ritmo, la fuerza, la aceleración y la armonía.
Comments
No sabes qué ansiosa estoy yo de dejar de caer por estas profundidades y caminar mejor esas otras. Ya no puedo esperar. Allá nos vemos. Y sí.
"Pero no veo cómo nuestra voluntad sea tanto un punto de partida, como sí un trecho -uno más- de continuidad".